Una travesía a través de los chakras (parte II)

Chakras 3 y 4: amor y voluntad
El tercer chakra llamado Manipura se desarrolla entre los 14 y 21 años, su elemento es el fuego y su ubicación es en el plexo solar -debajo de la caja torácica. Su color es el amarillo y el animal simbólico es el ovino, por la motivación y fuerza de voluntad que lo caracteriza. Este chakra es la base del ego, el autoestima, de tus habilidades para tomar decisiones, tus instintos, la energía libidinal, tu ambición, tu motivación y la resistencia. Representa nuestro guerrero interno; desde el aspecto psicológico es la base del autoestima y la fortaleza de nuestro carácter. Cuando este chakra se encuentra débil hay un bajo auto-concepto, lo que acarrea baja energía, carencia de motivación y pasividad excesiva. Cuando este chakra está sobre-activado la persona se puede percibir como agresiva, intimidada, controladora, con la necesidad de siempre estar en lo correcto, malhumorada y muy competitiva. Asimismo, cuando está balanceado y saludable trae un sentido de totalidad y alegría íntegra, con un claro sentido de quién eres y porqué estás donde estás. Cuando te conectas con este chakra, se logra un entendimiento más profundo de cómo eres como individuo y cómo lo que haces en tu vida puede contribuir de manera colectiva y beneficiosa. Para trabajar este chakra se recomienda la psicoterapia, para confrontar y soltar los conflictos relacionados al ego, cultivar insight en el entendimiento del poder, la individualidad y la identificación. Si se encuentra débil, se recomienda el pranayama kapalabhati y si está sobre-activado respiraciones diafragmáticas lentas.
El cuarto chakra es el del corazón, llamado Anahata. Se desarrolla entre los 21 y 28 años de edad, su elemento es el aire y está ubicado en el corazón. Su color es verde, su sentido es el tacto y su animal simbólico es el antílope. Este chakra busca estabilizar los chakras superiores (Sahasrara, Ajna y Vishuddha) y los chakras inferiores (Muladhara, Svadhisthana y Manipura). El propósito de este es la comprensión vasta, la devoción, el amor, la aceptación y la compasión sobre uno y los demás. Desde lo psicológico es la base de lo apasionado, del amor incondicional hacia uno mismo y hacia los demás. Cuando se encuentra desbalanceado se perciben miedo a las relaciones, depresión, déficit de empatía, comportamiento narcisista, soledad, aislamiento y una conducta crítica e intolerante. Cuando está sobre-activado, hay mucha codependencia con los demás lo cual se torna en algo negativo. Para trabajar este chakra se recomienda psicoterapia para soltar el duelo, buscar servir a otros con actos caritativos y practicar el pranayama bhastrika utilizando los brazos. Finalmente, el aceite esencial de rosa es ideal para balancear este centro energético.
Redactora de yoga y bienestar en Vitamina M. Psicóloga clínica y profesora de yoga.