“Solo cosas geniales”: ¿Por qué vale la pena vivir?

La primera vez que vi la obra de Norma Martínez en 2018 quedé asombrada por la gran acogida que tuvo entre los asistentes. Los cientos de mensajes en redes sociales dirigidos a la actriz, junto a las personas que compartieron su experiencia de vida tras ver la obra, me dejaron con las ganas de volver a ver este conmovedor unipersonal que aborda con ingenio y honestidad la salud mental.
Por: Alessandra Dedekind*
El texto del dramaturgo inglés Duncan Macmillan -en coautoría con Jonny Donahoe-, acompañado de la profunda sensibilidad de Norma Martínez y la participación activa del público, dan lugar a una puesta en escena impecable en “Solo cosas geniales”.
El unipersonal cuenta la historia de una mujer que, a los siete años de edad, decide iniciar una lista de cosas por las que vale la pena vivir para regalársela a su madre, quien padece un cuadro severo de depresión. Un monólogo que nos invita a reflexionar sobre la salud mental y en el que se muestra la otra cara de la misma moneda: cómo el entorno enfrenta esta enfermedad y qué somos capaces de hacer por alguien que amamos.
Desde el inicio de la obra, el público desempeña un rol fundamental en la construcción del relato. Este transcurre en medio de un teatro circular, en donde las distancias se acortan y en el que de repente todo el público forma parte de la historia.
Y es que se trata de una experiencia en comunidad: a través del juego y un humor delicado, Norma logra que cada participante se sumerja en la magia del teatro y pueda vivir en carne propia cada escena. No cabe duda que cada función será distinta a la otra, gracias a una conexión que se genera entre la actriz peruana y el público asistente.
¿Y si creamos nuestra propia lista de cosas geniales?
Lo maravilloso del teatro, entre otras cosas, es que logra sensibilizar e incluso movilizar al espectador. Al finalizar la obra, me invitaron a colocar un mensaje en un mural de 30 metros cuadrados lleno de cosas geniales que habían sido escritas por muchas otras personas. Me pareció impresionante.
Escuché a algunas personas decir que esta experiencia había cambiado por completo la forma en la que entienden la salud mental. Y es que “Solo cosas geniales” logra visibilizar un tema que continúa siendo un tabú en la sociedad peruana.
Personalmente, considero que esa es una de las satisfacciones más grandes que da el teatro: generar diálogos y colocar sobre el escenario temas de los que nadie se atreve a hablar.
De pronto se me ocurrió que yo también podría crear mi propia lista. Compartí la idea con algunas personas y les encantó, a tal punto que ellos también crearon las suyas. Lo curioso es que, al igual que en la obra, todas las listas tenían algo en común: detalles cotidianos que nos alegran el alma.
Me pregunto si, en la simpleza de cosas que pasamos por desapercibido, como salir por un helado, oler el café recién pasado en la mañana, abrazar a alguien, leer un buen libro, pisar hojas secas o escuchar historias sobre nuestros abuelos, está el secreto para vivir una vida más plena y feliz. No perdemos nada con intentarlo y, quién sabe, hasta podría ser el inicio de un nuevo movimiento.
La temporada “Solo cosas geniales”
Hasta ahora se han recolectado más de 5 mil intervenciones de personas que han encontrado razones para continuar viviendo con agradecimiento tras ver “Solo cosas geniales”.
Si te quedaste con las ganas de disfrutar la obra o deseas volver a vivir la experiencia como yo: puedes asistir desde el 24 de octubre al Teatro Ricardo Blume (Jr. Huiracocha 2160, Jesús María), los días jueves, viernes y lunes a las 8 p.m., y sábados y domingos a las 7 p.m. Las entradas están disponibles con la productora Animalien y en la misma boletería del teatro.
*Sobre la autora:
Alessandra Dedekind es actriz, redactora, marketera y lo que venga. Sueña con publicar un poemario y alguna novela, posiblemente autobiográfica. Jamás dejará el teatro, la actuación y la dramaturgia (las eligió de por vida, o ellas la eligieron). Es amante del café, el vino y las conversaciones largas.