¿Por qué no recomiendo las dietas detox?

¿Alguna vez has seguido una dieta detox o sientes que necesitas una? Es normal que, si llevas una vida un poco desordenada y tienes atracones constantes, sientas que le debes un descanso a tu cuerpo. Aquí te cuento por qué no recomiendo este tipo de desintoxicación.
Desafortunadamente, nos han hecho creer que las dietas detox son la solución, ya que prometen limpiar y oxigenar la sangre para hacernos sentir ligeros y vitales. No quiero malograrles la fiesta, pero el cuerpo no funciona así. No somos una tubería que queda perfectamente limpia con un día mantenimiento.
La “magia” de las dietas detox
Existen diferentes tipos de dietas detox, pero hay algo que todas tienen en común: son bajas en calorías, fibras, grasas y proteínas. Las más conocidas son las dietas détox a base de extractos, también hay dietas détox de un solo alimento -como la dieta de la piña o la avena-, y otras en las que se seleccionan alimentos específicos.
Es muy común sentir síntomas como náuseas, diarrea, mal humor, falta de energía y dolores de cabeza mientras sigues estas dietas. La típica explicación a estos incómodos e innecesarios síntomas es que “es normal que te puedas sentir mal al estar limpiando el cuerpo y eliminando toxinas”, pero por supuesto que también “hay síntomas agradables como la pérdida de algunos kilos y sensación de ligereza”.
¡Cómo no perder peso si lo único que se ingieren son jugos! Es normal que haya una mayor eliminación de líquidos. Además el cuerpo no está trabajando en digerir y todo lo que ingiere lo elimina fácilmente… Pero no olviden que lo que fácil viene fácil se va. Lo más probable es que, apenas termines la semana detox y retomes tu dieta habitual, recuperes esos kilos.
Una desintoxicación saludable
Detox o desintoxicación es el proceso en el que tu cuerpo elimina los productos de deshecho del organismo y, para que esto ocurra, no es necesario tomar extractos por cinco días, consumir pastillas ni comer piña por una semana. Nuestro cuerpo se desintoxica 24/7. Sí, los 365 días del año, las 24 horas del día, el cuerpo está en un constante proceso de limpieza. Es parte de sus funciones vitales y tiene dos órganos encargándose de esta función: el hígado y los riñones.
Nuestra tarea es encargarnos de que estos dos órganos funcionen de manera correcta para que los procesos de desintoxicación del cuerpo sean eficientes. ¿Cómo hacerlo? Teniendo hábitos saludables todos los días.
Si en nuestra dieta predominan alimentos industrializados con alto contenido de sodio, azúcar, edulcorantes, saborizantes, pesticidas y grasas saturadas, le vamos a dar muchísimo más trabajo a nuestro cuerpo y el sistema de limpieza podría verse “saturado”, trayendo como consecuencia el almacenamiento de estas toxinas en diferentes partes de nuestro cuerpo (por ejemplo, arterias e hígado).
“La única forma de tener un cuerpo ‘libre de toxinas’ es aprendiendo a comer y realizando una actividad física todos los días”.
Una forma muy efectiva de desintoxicar el cuerpo es haciendo ejercicio. No es necesario correr maratones ni ser campeón de tenis: solo basta con hacer una buena caminata 30 minutos al día. Esto ayuda a mantener el metabolismo activo, mejora la circulación y la oxigenación de la sangre. Por lo que las “toxinas” serán eliminadas más rápido y todos tus órganos serán irrigados de forma correcta, resultando un mejor funcionamiento de los mismos. Sí, también funcionarán mejor el riñón y el hígado.
Las toxinas se almacenan con la grasa en el cuerpo. Esto quiere decir que, reduciendo el porcentaje de grasa corporal, reduces también la cantidad de toxinas. Esto se logra con ejercicio y una dieta sana. Como mencioné en párrafos anteriores, no existe un secreto… La única forma de tener un cuerpo “libre de toxinas” es aprendiendo a comer y realizando una actividad física todos los días.
Analiza tu dieta
Una forma fácil de analizar tu dieta es escribiendo durante una semana todo lo que comes. Una vez tengas todo por escrito, revisa la lista y fíjate cuántos de los alimentos que consumes son ultra procesados, cuántos tienen azúcar dentro de sus principales ingredientes, cuántas veces a la semana comes en casa y cuántas en restaurantes.
También fíjate si estás consumiendo más de una vez a la semana frituras o carbohidratos refinados. Cuestiona si estás consumiendo la cantidad de frutas y verduras que deberías, y préstalo atención a la calidad de proteínas que estás consumiendo. Con esta lista te va a quedar un poco más claro qué puedes cambiar y en qué debes mejorar.
“Adoptar estos hábitos saludables no significa buscar un extremo, porque en ese momento se pierde lo sano”.
Si necesitas ayuda siempre puedes asesorarte con un nutricionista. Nada va a darte mejores resultados que conocer tu cuerpo y practicar hábitos saludables. Ojo: adoptar estos hábitos saludables no significa buscar un extremo, porque en ese momento se pierde lo sano. Hay que ser flexibles y encontrar un balance entre lo saludable y lo placentero.
P.D. No hay que olvidar que todos los cuerpos son distintos. Los consejos que yo les doy están dirigidos a personas sin patologías en especial.
Hola Sandri, hice hace algunos años una dieta comiendo el primer día un solo alimento, todas las veces que quiera. El Segundo día estractos o jugos verdes pero ya con comida, esto la primera semana. Luego fueron agregándose más alimentos, combinaciones y utilizando proteína vegetal. Un ejemplo para la noche es una crema de verduras y echarle chia, eso hacía que me satisfaga. Funcionó, solo quería bajar 3 kilos.