¿Por qué el cannabis puede mejorar tu salud sexual?

Por muchos años y gracias a muchas culturas, los remedios derivados del cannabis fueron los más recetados por los médicos para aliviar afecciones ginecológicas como los dolores de la menstruación.
Yendo aún más atrás, podríamos decir que el cannabis fue uno de los remedios más recetados por los herboristas de las aldeas, así como los curanderos y las curanderas tribales. Los primeros registros de sus usos ginecológicos se remontan a la antigua Mesopotamia y Egipto. Debido a su efectividad, su popularidad se extendió por Asia y África, llegando a Europa en la Edad Media y más tarde a las Américas.
Textos médicos de la década de 1800 describen diferentes medicinas efectivas a base de cannabis: fue utilizado para aliviar cólicos menstruales, controlar el sangrado abundante, tratar la micción dolorosa, controlar el síndrome premenstrual, disminuir el dolor durante el sexo, tratar la menopausia, la gonorrea, la hemorragia postparto y hasta disminuir las complicaciones de un parto difícil.
Un puente entre el cuerpo y la mente
Los seres humanos tenemos un sistema endocannabinoide con receptores en el cerebro, órganos, tejidos conectivos, glándulas y células inmunes. Este sistema se descubrió a principios de 1900 y recibió el nombre de la planta que llevó a su descubrimiento.
Los científicos lograron aislar numerosos fitoquímicos de la planta de cannabis, los fitocannabinoides y, al estudiar sus efectos, revelaron una red de receptores, enzimas y vías bioquímicas involucradas en la producción y uso del cuerpo de los cannabinoides: endocannabinoides. Este sistema es, literalmente, un puente entre el cuerpo y la mente, ya que los endocannabinoides participan en la regulación de muchos procesos fisiológicos y cognitivos. Entre ellos, la fertilidad, el apetito, el estado de ánimo y la memoria.
“Antiguamente era inusual fumar cannabis: la mayoría de recetas eran para aplicación oral, vaginal, intranasal, anal y tópica”.
Los receptores endocannabinoides coinciden específicamente con los de los cannabinoides en la planta de marihuana. El cuerpo humano está hecho para recibir lo que contiene la planta, casi como una cerradura y una llave. Y, curiosamente, esta conexión sinérgica solo se ha encontrado con la marihuana.
Para las mujeres que nunca han disfrutado de fumar marihuana recreacionalmente, el cannabis tópico tiene un gran beneficio: brinda alivio localizado sin el efecto psicoactivo. Es más, antiguamente era inusual fumar cannabis: la mayoría de recetas eran para aplicación oral, vaginal, intranasal, anal y tópica.
¿El cannabis es afrodisíaco?
Muchas mujeres que disfrutan del cannabis recreacional o medicinal, y afirman que las ayuda a “excitarse”. Sin embargo, esta sensación afrodisíaca es solo un efecto secundario de la relajación y el estar high. Normalmente, cuando se experimenta excitación sexual, la sangre se precipita al clítoris y a la vulva, creando apertura, alargamiento y lubricación.
El cannabis promueve la relajación y aumenta el flujo de sangre a los genitales, lo que naturalmente provoca un aumento en el deseo y la satisfacción sexual. Del mismo modo, si se aplica lubricante o aceite de cannabis directo en la vulva, se aumentará el flujo de sangre en esa zona, un efecto que se conoce como vasodilatación. Dado que el tracto reproductivo puede ser una (gran) fuente de dolor, especialmente durante la menstruación y penetración, el uso de cannabis por vía vaginal puede proporcionar un alivio más directo.
“Los productos de cannabis también pueden utilizarse para tratar disfunciones ginecológicas”.
Algo más: los productos de cannabis también pueden utilizarse para tratar disfunciones ginecológicas como la dispareunia, la endometriosis, el vaginismo y la vulvodinia. Eso sí: como la biología de cada persona es única, es posible que lo que funcione para una persona, no precisamente funcione para otra.
¿Qué recomiendo? Probar de manera personal el producto de cannabis antes de usarlo con un compañero. Solo así sabrás cómo te afectará. También sugiero comenzar lentamente y utilizar productos con dosis bajas. Eso sí: si tienes alguna condición preexistente, consúltalo previamente con un médico.
Redactora de sexualidad en Vitamina M. Fundadora de “Corazón con leche”. Psicóloga y bióloga.