Pandemia económica: ¿cómo vamos en el Perú?

El tiempo, en economía, siempre juega en contra. Cuanta más larga sea la crisis, más profundas sus cicatrices. A más de 90 días de una economía en cuarentena, podemos decir que todavía existe una gran incertidumbre en cuanto al desconfinamiento y la normalización de la actividad económica.
La crisis económica causada por el coronavirus tiene nombre y es ‘The Great Lockdown’ (El gran encierro). Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), esta crisis se puede comparar con la caída de la bolsa de valores de Wall Street en 1929, lo que llevó a la Gran Depresión.
¿Cómo está afectando el coronavirus a la economía del Perú? El Banco Mundial (BM) proyecta que el PBI del país caerá 12% en 2020 y el Instituto Peruano de Economía calcula que caerá en un 15%.
El último reporte del BM sobre el impacto económico del coronavirus en Latinoamérica coloca al Perú -el país que fue considerado al inicio como el más sólido para enfrentar la crisis- como el más golpeado y con la más lenta recuperación de la región. Lo que también es un sinónimo de que hoy el Perú es uno de los países con mayor desempleo y pobreza.
¿Recuperar la normalidad?

Es imposible volver al estilo de vida que conocíamos antes de la pandemia sin una vacuna o una inmunidad generalizada. Una vez que acabe el confinamiento obligatorio, la vuelta a la normalidad económica será un largo y gradual camino. Todo entre grandes medidas de higiene y seguridad, evitando las aglomeraciones y comprobando semana tras semana los contagios para evitar una segunda oleada.
Estas medidas serán un reto y le pasarán factura a muchos negocios (habrán aforos limitados en restaurantes, centros comerciales, cines, teatros, etc). Además, con el desconfinamiento, empezará a notarse la huella psicológica que ha podido producir este aislamiento en nosotros.
Esto jugará un papel importante en nuestras vidas y en la actividad económica. No solo debemos contar con el descubrimiento de la esperada vacuna, sino también con su fabricación masiva y su distribución a nivel mundial, lo que llevará aún más tiempo.
El ABC de la recuperación económica

La recuperación de la economía en el Perú y el mundo tiene varias salidas que por ahora están en evaluación. Aquí tenemos algunos posibles escenarios de la recuperación (o recaída) económica post-coronavirus (todas las curvas siguen actualmente la misma tendencia a la baja):
- En forma de V (borrón y cuenta nueva): significaría un rebote cuando acabe el confinamiento y una vuelta rápida a la normalidad económica. Esta opción es posible, pero es muy difícil que se produzca debido a que, como mencioné, no volveremos al mismo escenario económico que antes de la pandemia. Las medidas de seguridad, aforos limitados, fronteras cerradas y miedo al contagio juegan en contra de esta opción.
- En forma de U (lento pero seguro): esta opción significa que la vuelta a la normalidad económica tardará más tiempo. Esta forma de recuperación parece más acorde a la situación que encontraremos tras el levantamiento de la cuarentena ya que la apertura será progresiva y la situación será distinta a la de antes del coronavirus.
- En forma de L (el más sombrío): esta es la peor opción a la que nos enfrentaríamos, sin luz al final del túnel. Significaría que atravesaríamos una gran crisis que tardaría mucho tiempo en recuperarse. Este escenario implicaría fuertes cambios económicos y sociales, traduciéndose en miles de empresas estranguladas por la pandemia y en un número astronómico de desempleados, así como en el eventual final de la economía globalizada de hoy en día.
- En forma de W (montaña rusa): esto significa que, tras una leve recuperación, llegaría de nuevo una caída y luego la recuperación económica definitiva. Esta opción es consistente con la aparición de una segunda ola de contagiados por el coronavirus.
Según un estudio publicado por Harvard Business Review, el impacto económico del coronavirus será igual al del SARS en 2002, la gripe de Hong Kong de 1968, la gripe asiática de 1958, y gripe española de 1918, en donde la crisis tuvo forma de V con caída y recuperación rápidas.
Todo está interconectado
La incógnita es de ámbito microeconómico. A pesar de los intentos por garantizar la sostenibilidad de las empresas y evitar las quiebras en serie, el impacto del coronavirus ha sido violento. Debemos priorizar el flujo circular de la renta. Esto es un modelo conformado por tres agentes económicos: familias, Estado y empresas. Estos agentes están relacionados y son interdependientes.
Las familias compran bienes y servicios a las empresas, que a su vez pagan, entre otras cosas, los salarios a los trabajadores. El Estado, por su parte, redistribuye mediante los impuestos y el gasto público. Así se consigue cerrar el círculo, que está interrelacionado y mantiene la economía en crecimiento. El gasto de uno es el ingreso de otro, por lo que una interrupción del flujo provoca la recesión.
“Es fundamental evitar que empresas se pierdan o desaparezcan en el camino y evitar que las familias dejen de consumir bienes y servicios”.
La prioridad del Estado peruano debe ser el mantener funcionando (o, en la mayoría de casos, recuperar) este flujo circular, lo que significa conseguir que las empresas vuelvan a la actividad en condiciones lo más parecidas posible a como estaban antes de la pandemia. Es fundamental evitar que empresas se pierdan o desaparezcan en el camino y evitar que las familias dejen de consumir bienes y servicios. A esto, precisamente, deben ir encaminadas las medidas económicas.
Es importante recordar lo que la política económica puede hacer y lo que no. El objetivo no es y no puede ser eliminar la recesión completamente. La recesión estará ahí, será masiva, pero la duración dependerá de la responsabilidad y el compromiso de todos los agentes económicos.
Hay que tener en claro que la economía que viene no será igual a la que recordamos. Necesitamos un Estado peruano fuerte, protector, que permita que los mercados funcionen, y que mantenga el equilibrio. Se avecina un reto grande.
Redactora de actualidad y vida profesional. Economista. Estudios en Harvard Business School y La Trobe University.