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¿Un negocio propio? Cuatro emprendedoras que debes conocer

¿Un negocio propio? Cuatro emprendedoras que debes conocer

Muchas soñamos con un negocio propio para poder disponer de nuestro tiempo y trabajar en algo que nos encante, pero solemos poner muchas excusas para hacerlo. Hoy quiero presentarles las historia de cuatro emprendedoras peruanas que deben conocer.

Estas cuatro mujeres vencieron todos los pretextos y se lanzaron a la aventura del emprendimiento. En el viaje encontraron problemas, sorpresas y mil dificultades que tuvieron que sortear, pero el resultado son tres proyectos exitosos de los que podemos aprender mucho.

NOIA

Ivette y Andrea son una dupla difícil de encontrar: son socias, tienen sus funciones muy bien definidas, aman lo que hacen y, además, son hermanas. Rompiendo el mito de que un negocio se emprende cuando no te va tan bien en tu carrera, estas chicas son el ejemplo de que puedes dejar tu trabajo hasta en el mejor momento.

Ivette estudió Arquitectura y e hizo una especialización en Visual Merchandising. Trabajó muchos años en España en marcas como Zara y H&M y luego en M.bo, en Perú. Mientras tanto, Andrea hacía lo suyo: estudió Administración y Marketing y tenía una exitosa carrera en el área comercial, dedicando sus días a grandes empresas como Adidas y Nextel.

Ivette tenía una gran idea de negocio, mucha creatividad y una hija en camino. Andrea tenía el capital para invertir, experiencia en números y marketing, así como el sueño de ser una madre con tiempo para su familia. Pero el camino desde la idea original –bolsos de bebé con diseños pensados en las madres– hasta la exitosa marca que NOIA es hoy, no resultó nada fácil.

“Rompiendo el mito de que un negocio se emprende cuando no te va tan bien en tu carrera, estas chicas son el ejemplo de que puedes dejar tu trabajo hasta en el mejor momento”.

Lo primero fue renunciar a un trabajo seguro: “Mi jefe me decía que mejor me vaya de vacaciones, que me lo tome con calma o que luego me podía arrepentir”.

Si bien consiguieron iniciar con poco capital, encontrar buenos proveedores fue un dolor de cabeza: talleres que no les entregaban los pedidos a tiempo o se quedaban con sus muestras, tiendas que nunca pagaron por la mercadería, y marcas que copiaron sus diseños sin molestarse en cambiar ni un solo detalle son algunos de los retos que tuvieron que enfrentar.

Sacrificar fines de semana yendo a ferias a vender sus productos, testearlos ellas mismas, fijarse horarios, aprender a ponerse objetivos y metas de venta, y saber que el éxito solo dependía de ellas fue parte del proceso. ¿El resultado? NOIA cuenta con una tienda propia en Miraflores, desde este año se vende también en Baby Infanti en todo el país, y ya tienen planes de exportación.

“Ivette y Andrea tienen éxito porque al hablar de NOIA demuestran el amor que le tienen a su marca”.

Cualquiera cree que hay un ejército detrás de la firma, pero son solo dos hermanas que han trabajado como un ejército para lograrlo. Además, tienen el placer de disponer de su tiempo, trabajar al lado de sus hijas y hacer algo que les encanta.

Ellas afirman que el secreto de su éxito está en la calidad de sus productos, en proveer un excelente servicio al cliente y en la dedicación que le ponen. “Se termina el día y te da pena pensar en lo que no pudiste hacer, que no pasa cuando estás en una oficina”, confiesan. Yo creo que, más allá de eso, Ivette y Andrea tienen éxito porque al hablar de NOIA demuestran el amor que le tienen a su marca y este se refleja en el producto y el servicio.

Astromelia

Astromelia es una florería que nació en un mercado difícil, donde una sola marca es la que se nos viene a la mente cuando pensamos en flores. La idea inicial era tener un negocio rentable dándole al público una opción diferente y de calidad, pero esto resultó más difícil de lo que parecía.

Manuela estudió Comunicaciones en la PUCP y tiene una maestría en Ciencias Políticas. Durante muchos años trabajó realizando investigación de mercado, hasta que un día, con el apoyo de su esposo y la ayuda de una socia, decidió iniciar un negocio propio.

Al inicio optó por mantener su trabajo y manejar su florería en paralelo, tanteando el terreno y probando suerte sin perder el ingreso fijo, pero con el tiempo Astromelia le empezó a demandar cada vez más horas, así que decidió volcarse de lleno ahí.

El negocio de las flores es más complejo de lo que parece: al ser un país con pocas importaciones, dependemos de los productores locales, que a su vez dependen de clima y de los fenómenos naturales. Por otro lado, los floreros o envases, si no se compran en grandes cantidades, tienen un stock que cambia todo el tiempo: lo que compras y ofreces un lunes puede ya no existir el sábado cuando te lo piden.

“¿El secreto del negocio? Manuela cuida cada detalle, preocupándose de tener siempre las mejores flores (y no tanto de la ganancia que le generen)”.

Los proveedores fallan constantemente, desde la persona que hace la web hasta el que atiende en el taller. El lado positivo es que es un rubro mucho más amplio de lo que se podría pensar: están los regalos, los matrimonios, los eventos corporativos, las fiestas, las coronas funerarias, entre otros.

Hoy Astromelia cuenta con su propio taller en Barranco, una van conocida como el Astromóvil y una web y página en Facebook a través de las cuales se hacen los pedidos. ¿El secreto del negocio? Manuela cuida cada detalle, preocupándose de tener siempre las mejores flores (y no tanto de la ganancia que le generen).

Da una atención personalizada que garantiza que sus clientes reciban exactamente lo que necesitan, aunque no descarta que algún día pueda regresar a una oficina, hoy disfruta de despertarse a las 9 a.m. y de pasar el día con Manuel Ignacio, su hijo que acaba de cumplir un mes.

The Neon Method

Cuando Carolina terminó el colegio tenía miedo. Le gustaba el arte, pero tenía miedo de no cumplir con los requisitos de un “artista” o de terminar haciendo algo poco rentable: un dilema que tenemos muchos a los 17, cuando nos dejamos influenciar por los mensajes externos.

Decidió estudiar la carrera más similar a lo que le apasionaba: Diseño Publicitario. Al ser una chica inteligente y talentosa, le empezó a ir muy bien: trabajó en empresas como Belcorp, ocupando cargos importantes antes de los 20 y, finalmente, abrió su propia empresa de branding. Carolina tenía todo para considerarse una “mujer exitosa”, pero sentía que quería hacer algo más y no sabía qué.

Un día, sin ningún conocimiento formal en pintura, se animó a pintar la pared de un amigo, tomarle una foto y subirla a redes sociales. Todo lo que vino a partir de ese momento fue una ola de verdadero éxito: en solo unos meses, la empezaron a llamar marcas como Converse y Volcom para pintar murales. En paralelo, empezó a hacer activaciones, diseños para productos y hasta aprendió a tatuar.

“Todo lo que vino a partir de ese momento fue una ola de verdadero éxito: en solo unos meses, la empezaron a llamar marcas como Converse y Volcom para pintar murales”.

De la noche a la mañana, se encontró haciendo algo que le encantaba -arte- y empezó a ganar dinero con ello. Descubrió que podía pintar sin que nadie le hubiera enseñado cómo y sin siquiera hacer un boceto previo, simplemente cometiendo errores y haciendo de ellos verdaderas obras de arte: “el error es lo mejor que te puede pasar”, confiesa.

No satisfecha con esto, Carolina fue más allá, convirtiendo su técnica en una filosofía de vida: no tener miedo a cometer errores y transformarlos en oportunidades era una idea que podía aplicarse no solo a la pintura, sino a cada aspecto de la vida. Empezó a llevar este mensaje a empresas, universidades, organizaciones y comunidades.

¿Por qué? Ella afirma que descubrir esta nueva forma de vida la hizo tan feliz que sentía la necesidad de compartirlo con otros. Este proyecto tiene hoy un nombre –The Neon Method– y todo un equipo detrás. Sus talleres son contratados o auspiciados por empresas y marcas, pero un porcentaje siempre se designa a hacerlo en las zonas más necesitadas.

Además, Carolina sigue haciendo murales, activaciones, tatuajes, obras impresas y este mes iniciará un taller de empoderamiento a través del arte mural dirigido a niñas. No hay duda de que cuando el talento, la pasión y la satisfacción de compartir se juntan, el resultado es positivo.

Un camino propio

Si algo tienen en común Andrea, Ivette, Manuela y Carolina es que todas tuvieron que romper la barrera del miedo. El entusiasmo por lo que hacen y el enorme talento que tienen se puede ver en sus rostros y en sus proyectos.

Ya que se acerca Navidad, las invito a mirar estas y otras marcas hechas por mujeres que, con mucho esfuerzo, decidieron tomar el camino del negocio propio. Si están pensando seguir el mismo camino, deben saber que tendrán muchas dificultades, pero que el resultado hará que todo valga la pena.

View Comments (2)
  • Este es un tema que aporta mucho a nuestra sociedad. ¡Miles de éxitos! El contenido de la revista está muy bueno.

  • ¡Muchas gracias Elipopi! Nos encanta que nos lean y sobre todo nos gusta saber que estamos generando un cambio positivo.

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