La lactancia a través de la historia

La historia de la lactancia se remonta a los inicios de la humanidad. Ya sea contada a través de leyendas, retratada en pinturas y esculturas, o encontrada en escritos antiguos, esta práctica ha influido en aspectos sociales y económicos a lo largo del tiempo.
Cuenta la leyenda que, tras ser arrojados al Tíber, la corriente del río llevó a Rómulo y Remo al encuentro de una loba llamada Luperca. Esta los recogió y amamantó en el Monte Palatino, hasta que un pastor los encontró y los crió junto a su mujer.
Si bien en esta historia el personaje que se encarga de alimentarlos es un animal y no la madre, la leyenda demuestra la importancia de esta práctica. Cabe mencionar que existen versiones que aseguran que la que alimentó a los hermanos era la madre adoptiva humana y que, al ser prostituta, se le puso el termino ‘lupa’ (loba en latín).
A continuación, algunos ejemplos de la lactancia materna a través del tiempo.
Nodrizas
El papel de las nodrizas existe desde la Antigüedad. Diferentes fuentes muestran la importancia del trabajo de estas mujeres. En la Antigua Mesopotamia, el código de Hammurabi contaba con leyes que regulaban su trabajo. Esas leyes abordaban el salario y los hábitos que las nodrizas tenían que seguir en cuanto a higiene y costumbres sexuales.
En las sociedades griega y romana esta práctica también era común. Varios escritos servían de guías para elegir una buena nodriza; factores como la edad, la dieta, y las formas de lactar eran algunos aspectos que se tenían en cuenta. A veces las familias nobles romanas optaban porque el rol de la nodriza lo llevaran a cabo las esclavas[1].
Cuestión de estatus
“El rol de la nodriza iba más allá de dar de lactar, ya que por lo general el recién nacido era separado de la familia y llevado al campo por un periodo aproximado de dos a tres años”.
Existen diferentes posturas sobre quién debería amamantar al recién nacido, si debía ser la madre o una nodriza. Muchas veces la decisión estaba ligada al estatus de la familia. Se cuenta, por ejemplo, que en Esparta, fue el segundo hijo del Rey Temistes que ascendió al trono solo porque el primogénito no fue amamantado por su madre[2].
Al contrario, en países como Francia, el contar con una nodriza era visto como una cuestión de estatus. Esta práctica tuvo su auge durante los siglos XVII y XVIII. Comenzó en la aristocracia, se extendió a la burguesía y en algunos casos a mujeres trabajadoras.
El rol de la nodriza iba más allá de dar de lactar, ya que por lo general el recién nacido era separado de la familia y llevado al campo por un periodo aproximado de dos a tres años. Sin embargo, esta práctica fue criticada por algunos pensadores, como ser J.J. Rousseau.
Buscando sustitutos…
Con la llegada de la época industrial, la lactancia se vuelve cada vez más difícil y conseguir nodrizas también, entonces se empiezan a buscar sustitutos de la lecha materna, como la leche animal.
Nacen los intereses económicos: se remplaza la lactancia materna por el biberón y por una nueva fórmula compuesta con leche de vaca, creada por el suizo Henri Nestlé. Si bien estas fórmulas ofrecen una solución y son parecidas a la leche materna, siguen sin proveer todas las propiedades que la leche materna ofrece.
En la actualidad, la OMS promueve la lactancia materna, recomendando que esta se lleve a cabo hasta los dos años de edad. También cuenta con iniciativas como la “Semana Mundial de la Lactancia”, que se realiza todos los años durante la primera semana de agosto (y en más de 170 países). Además, junto a Unicef, promueve los “Diez pasos a favor de la lactancia natural”.
Fuentes consultadas: