En búsqueda de la felicidad: Ale Denegri

Felicidad: Del lat. felicĭtas, -ātis. 1. f. Estado de grata satisfacción espiritual y física. 2. f. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. 3. f. Ausencia de inconvenientes o tropiezos.
Nos pasamos la vida buscando ser felices cuando en realidad pocos son los que logran definir con precisión qué es la felicidad. Al final, nos hallamos entre la multitud buscando algo, sin saber exactamente qué.
Personalmente creo que la felicidad son muchas cosas. Es sentirte bien con quién eres, con las decisiones que tomas, con los caminos que recorres, sabiendo que todo es inconstante, que hay altibajos, días buenos y malos, errores y aciertos. Felicidad es saber abrazar los días grises y tristes, y gozar en los buenos cuando el corazón vibra, es encontrar satisfacción en el equilibrio, y creería que es antes que nada, conocerte a ti, conectarte contigo, con tus deseos más íntimos y tus sentimientos más profundos.
¿El problema con la búsqueda de la felicidad? Que hemos caído en la idea equivocada de que la felicidad se puede encontrar en la cantidad de likes, el total de seguidores, la cantidad de “amigos” y la foto más bonita o el video más cool.
En nuestra búsqueda de la felicidad encontramos a personas que han visto obstáculos en el camino que pueden confundir el verdadero significado de esta, entre ellas está Alessandra Denegri quien hace unas semanas publicó una foto con un caption que decía “En este minuto no estoy en un mundo rosado instagrameable, ni me veo como en esa foto. Si pues, las redes sociales aguantan todo, pero la verdad es que hay días en los que me cuesta salir de la cama y activarme. No les pasa que les aterra todo? De repente me veo tan adulta y me pregunto en qué momento pasó todo esto. Me agarro de lo que me inspira, de mi curiosidad y de las ganas que tengo de encontrar nuevos espacios de expresión. No todos los días son rosa, pero todos los días aprendo”, y lo que ocurrió después fue citarla en un café miraflorino porque entre sus palabras algo me marcó… “las redes sociales aguantan todo”.

“Antes competías con tu amiga regia, ahora ves en tu celular a las peruanas, a las extranjeras… Al poto sin celulitis perfecto –que no sabemos si es real o no– y lo veo mientras trato de comerme una buena pizza. ¡Llego a pensar que tendría que volver a nacer para lograr ese nivel de perfección!”, cuenta Ale. Las redes sociales aguantan todo… , todas las sonrisas, los días buenos de sol increíble y los días malos que se pintan como buenos. Y así como aguantan todo, confunden mucho. Tenemos a generaciones cada vez más jóvenes pensando que todo lo que ven a través de la pantalla es real: el cuerpo, el estilo de vida, la cantidad de ropa y claro, la felicidad. Pero nadie les dice que aunque todo sea lindo en la pantalla, muchas veces no es real, y tal vez no todo lo que vemos hace feliz a la gente. Exponemos lo que queremos cuando queremos y está bien, pero no pensamos en las consecuencias que esto tiene ante mentes más jóvenes, menos maduras o tal vez frente a ojos menos afortunados.
“Colgar una foto para mi siempre es complicado… Lo que pongo y lo que no, lo real y lo que no es real. No retoco mis fotos, a veces hay inevitables retoques de luz, pero no retoques de cintura, no me adelgazo. Las expectativas de la sociedad hace unos años eran unas, hoy estas son mucho más grandes”. Y no se trata de estándares impuestos por una industria, un individuo o un género, son estándares que tanto hombres como mujeres han decidido aplicar. “Lo hablaba con mi novio hace un tiempo y discutiendo sobre una modelo llegamos a la conclusión de que ellas quieren ser ella y ellos quieren follársela.”
“La gente influyente en redes sociales tiene cierta responsabilidad con la sociedad.¿Quieres ser influencer just because o tienes algo importante que decir?”
Estos objetos de deseo y “perfección” los tenemos en el celular, un lugar muy cercano que vemos 24/7 y que finalmente nos termina por sesgar. “El tema de la felicidad me lo he cuestionado un montón… Como parte de este proceso de encontrarme a mi misma decidí salir de la zona de confort en la que estaba con la actuación buscando otros medios de expresión, y el año pasado entré a un taller de arte multidisciplinario que dirige el capo Oscar Naters. En este taller él me pidió que deje de hacer algo que hacía mucho, y decidí dejar las redes sociales durante 15 días. Por cumplir con cosas de trabajo entraba para subir contenido pautado, pero me desconecté del like y de las cifras. Se sintió bien no vivir tan amarrada”, asegura Denegri.
Actualmente las redes sociales sirven también como herramienta de trabajo, pero es inevitable no medir el cariño de tus seguidores y sentir cierto deseo de aceptación, lo cual te envuelve en un círculo de ansiedad. “Me cuesta responder mails, me cuesta responder por Whatsapp… me llega a agobiar el universo digital –tanto que me compré una agenda de papel. Siempre hay gente que quiere algo de ti, no hay un minuto de privacidad; es muy fácil olvidarse de la humanidad de una persona cuando la ves solo a través de una pantalla”, confiesa.
¿El truco para hacerlo más llevadero? Hay que hacerlo real y auténtico, aprender a reírse de uno mismo. Encontrar un mensaje trascendental para transmitir, sobre todo si eres influyente en redes. ¿Cuál va a ser tu mensaje? ¿Cuál va a ser tu legado?
“La búsqueda de la felicidad no debería tener que ver con las redes sociales, es una herramienta de trabajo y no tiene mucho que ver con la realidad. La felicidad no se puede basar en los likes porque no siempre le voy a gustar a todo el mundo, no siempre voy a estar de moda. Hay que buscar otros espacios que te hagan más feliz en los que exista algo que salga de ti: el arte, la terapia, el deporte, un buen libro… espacios en tu vida que te den algo más”, explica Ale.
Nada es tan perfecto y es muy fácil que todo se vea lindo. En el imaginario de las personas se crean historias fantásticas que no necesariamente son reales. Si usamos las redes sociales, entonces que sea para generar contenido relevante, que inspire, no que sea algo controlado solo por el ego.
“La gente influyente en redes sociales tiene cierta responsabilidad con la sociedad.¿Quieres ser influencer just because o tienes algo importante que decir? El futuro está en el mundo digital, es instantáneo, es fácil, es una herramienta que puede generar felicidad y puede ayudar, pero tienes que entenderlo y saber cómo usarlo. Tiene que existir constancia en el mensaje que transmitimos… Tal vez eso nos acerque a esa felicidad que buscamos”, afianza Ale.
Hoy nos vemos muchas veces obligados a desarrollar contenido en plataformas para generar dinero, pero esto se puede lograr manteniendo una buena dosis de realidad, viviendo honestamente con uno mismo, olvidándonos de lo “perfecto” -que nadie conoce en realidad. Para Ale no existe una clave, es simple: la vida es una, encuentra el modelo que más te conviene para vivirla y aférrate a ese mensaje trascendental que te mueve.
Ahora que tienes una pantalla, ¿cuál va a ser el mensaje que vas a transmitir?
Fundadora y directora general de Vitamina M. Estratega en comunicación de marca y PR.