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El universo creativo de Yahel Waisman

El universo creativo de Yahel Waisman

Aunque varias mujeres sueñan con llegar al altar en uno de sus vestidos, muy pocas conocen la trayectoria de Yahel Waisman. En esta entrevista, conversamos con la diseñadora peruana sobre su trabajo con novias, sus inicios en la industria de la moda y las claves para sostener con éxito su negocio.

Yahel Waisman no le cosía vestidos a sus muñecas cuando era una niña, pero sí recuerda que le encantaba vestirse con la ropa y los accesorios de su mamá. Cuando creció y empezó a ir a fiestas, le pedía a sus amigas que vayan a su casa para alistarse. Yahel quería ayudarlas a escoger el mejor look.

“Siempre he tenido la sensibilidad de ver qué le queda mejor a una mujer y cómo puede repotenciar su belleza. Creo que todas somos diferentes y que solo debemos conocer qué es lo que nos queda mejor”, confiesa.

Ni bien terminó el colegio, ingresó a la Universidad de Lima para estudiar Administración de Empresas. Tras realizar unas prácticas universitarias en un bróker textil, se dio cuenta de que no se veía trabajando en una oficina y que lo suyo era la moda. Ese fue el punto de partida para especializarse en España y Londres.

Las propuestas atemporales, románticas y etéreas son la característica de Yahel Waisman. Fotografía: Lalo Rondón.

Te iniciaste en el Diseño de Moda elaborando el vestido de novia de una amiga. ¿Cómo fue esa experiencia?

Estaba en Barcelona estudiando una maestría en Diseño de Moda. Una amiga se casaba en Perú y quería que le diseñe su vestido. Desde allá, empecé a bocetar. Compré las telas en Nueva York  y, recién cuando llegué a Lima, cosí el vestido. Fue una experiencia increíble. Mi amiga se casó en la playa. Su vestido no era usual y en esa época menos (2011). A partir de ese trabajo, me contactaron novias que buscaban algo más bohemio y relajado, y que no querían un vestido clásico y tradicional.

Los vestidos nupciales son tu fuerte. ¿Cómo es tu mecanismo de trabajo con las novias?

Primero las conozco en mi atelier. Nos sentamos a tomar un café y conversamos sobre qué están buscando para el gran día. Para mí es importante saber qué proveedores contratarán en su boda, porque así puedo conocer su estilo. Esos datos me dan variables para percibir mejor su personalidad. Y, claro, también hablamos de los detalles: hay mujeres que sueñan con tener un vestido con una espalda espectacular o en corte sirena.

¿Hay algo que no realizarías?

Al principio quería hacer de todo. Luego me di cuenta de que si hacía de todo, a mí no me convencía el producto final. Estoy trabajando en este rubro porque quiero disfrutarlo y porque es mi pasión. Hoy en día, si siento que la novia busca algo muy diferente a mi estilo, soy honesta y clara con ella.

La diseñadora peruana presentó sus últimos diseños en el LIFWeek 2019. Fotografía: Dennis Santa Cruz.

Te inspiras bastante en bodas libanesas y europeas. ¿Qué más te ayuda en tu proceso creativo?

Trabajo bastante con proveedores de la India y Nueva York, y ellos cada mes me envían fotografías de sus telas. Me refresca ver los materiales y también conocer diseñadores emergentes. No precisamente reviso las colecciones de Dior o Marchesa, sino de propuestas más frescas. Me sumerjo bastante en Instagram para ver qué está pasando. Felizmente, la mayoría de novias que visitan mi atelier tienen en mente las mismas referencias que yo.

¿Cómo son las mujeres que visten Yahel Waisman?

Son mujeres que quieren atreverse un poco más y que están buscando algo fuera de lo común. Siempre me dicen ‘Yahel quiero que nadie más tenga este vestido’. Son novias atípicas. Me permiten darles una opinión honesta para llevarlas por el camino indicado descubriendo su sensualidad de forma natural.

¿Qué tan difícil es trabajar en el mundo de las novias?

¡Tengo un doctorado en novias! Hoy me siento orgullosa, porque antes perdía la paciencia muy rápido… Ahora comprendo mejor qué buscan las novias. Quizás las entiendo mucho más porque también me casé. Eso sí: siempre les recomiendo venir solas a las primeras citas, porque es importante que el vestido salga como lo sueñan ellas y no en base a lo que buscan los demás.

Floral Sculpture

“Floral Sculpture” resalta por ofrecer vestidos en tonos pasteles, vivos y metálicos. Fotografía: Dennis Santa Cruz.

Dos veces al año, Yahel Waisman y su equipo presentan una nueva colección, realizada  de forma minuciosa con telas que importan desde el exterior del país.

Hace unos meses, la diseñadora presentó “Floral Sculpture”, una colección de vestidos de gala en tonos neutros y pasteles que, a su vez, se complementan con aplicaciones de tul, satén, plumas, mostacillas y plástico.

¿En qué te inspiraste para “Floral Sculpture”?

Me inspiré en una diseñadora de flores que me encanta, que hace arreglos florales súper diferentes. Quisimos que en cada vestido resalten detalles de otros colores y que no tuvieran bordados tradicionales.

“El proceso de creación de cada pieza se asemeja mucho al de una escultura, usando el vestido como base para luego componer bordados por bloques”, explica la diseñadora. Fotografía de Dennis Santa Cruz.

Trabajas bastante con texturas. ¿Qué telas predominan en tu última colección?

¡Un montón de tul! Siempre me apoyo en el encaje, pero esta vez quise explorar las diferentes maneras de trabajar con el tul. Salió una colección rica en material. Aparte de trabajar con plisados y drapeados, también realizamos bordados atípicos: hicimos flores de tela para diferenciarlas de las flores en pedrería, que suelen ser más planas.

¿Estás trabajando en tu próxima colección?

Sí, saldrá aproximadamente en noviembre. Por primera vez, estamos inspirándonos en la paleta de colores del Perú, pero de una manera sutil. Estamos viendo la posibilidad de trabajar con bordados totalmente geométricos. Además, estoy explorando la posibilidad de hacer algo prêt-à-porter. Me gustaría vender prendas que no se usen solo una vez también y que puedan ser más accesibles.

Equipo Yahel Waisman

Actualmente, Yahel Waisman recibe a sus futuras clientas en un atelier privado en San Isidro. Fotografía: Lalo Rondón.

Cada vez que Yahel se refiere al trabajo de su atelier, responde en plural. A pesar de que su nombre hoy en día es sinónimo de vestidos elegantes y exclusivos, la diseñadora peruana es clara en elogiar el trabajo de su equipo.

Al inicio, cuando recién abrió su espacio en 2013, recuerda que trabajaba a mil por hora. Se sentaba en la computadora para hacer la contabilidad, escuchaba las necesidades de sus trabajadoras, hablaba directamente con las clientas, iba a comprar las telas y luego se sentaba a diseñar. “Esas épocas fueron intensas, pero a la vez me dieron la cancha que tengo ahorita”, recuerda con satisfacción.

Actualmente, sabe que la clave que le permite elaborar de 100 a 120 vestidos al año sin enloquecer en el intento, es “trabajar en equipo”, como ella misma sostiene.

Sus telas viajan a Lima desde París (Francia), Nueva York (USA) y Como (Italia). Fotografía de Dennis Santa Cruz.

Estudiaste Administración. ¿Qué tanto te ha servido la carrera para gestionar el negocio por tu cuenta?

Me ha servido bastante para ser más eficiente en los procesos, en cómo llevar la contabilidad y en manejar el personal. Son áreas muy importantes para el funcionamiento de una empresa. Si bien me hubiera encantado estudiar primero Diseño de Moda, Administración me ha dado una base para sostener el negocio.

¿Qué ha sido lo más difícil de sacar adelante tu empresa?

He pasado por varias etapas. Lo más difícil fue entender a las personas con las que trabajo. Me costaba hacer que el equipo se pusiera la camiseta y eso es súper importante: tener un equipo sólido. También fue difícil organizar el proceso productivo. Cada vestido es un mundo y fue complicado organizar la producción, ya que ninguno es igual a otro ni requiere la misma cantidad de horas. Felizmente, hoy somos 9 personas y todo está encaminado.

El esmero en resaltar la belleza natural de la mujer que usa Yahel Waisman se traduce en las 10 colecciones presentadas a los largo de los últimos 5 años. Fotografía de Dennis Santa Cruz.

¿Qué tan importantes son las redes sociales en tu negocio?

Son súper importantes, pero no hay nada más importante en este negocio que el boca a boca. Las redes sociales te dan una imagen y te ayudan a llegar a más personas, pero el boca a boca de mis clientas no tiene precio.

¿Qué te gustaría consolidar en el futuro?

Quiero internacionalizarme. Yo rechazaba esa palabra, sentía que era como desear “el sueño americano”. Pero es el siguiente paso.

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