Tenemos que hablar del fantasma de la ideología de género (¡Boo!)

Tenemos un buen tiempo con el debate de la supuesta “ideología de género”. Lo peor es que no estamos solos… Vecinos como Chile tienen un debate similar y otros como Paraguay tienen fuertes campañas para romper con los mitos en torno a este tema. Pero, vamos por partes, ¿qué es la llamada “ideología de género”?
En palabras simples: la ideología de género es la creencia de que a tu hijo, en el colegio, le van a enseñar a ser gay o le van a decir que él/ella puede elegir ser hombre o mujer. ¡¿Khà?! Sí. Hay gente que todavía piensa que ser homosexual o transexual no solamente está mal, sino que es algo que te pueden enseñar.
Lo grave del asunto es que esto no lo cree un cura loco o un señor que nació en el año 20 y nunca ha leído un libro de ciencia en su vida. ¡Esto es lo que piensan los congresistas! ¡Quienes nos representan, elaboran nuestras leyes y toman decisiones por nosotros! Y no son uno o dos, es una bancada completa y mayoritaria que no quiero mencionar, pero que ya conocemos.
El segundo lugar más importante para enseñarle a la población que los hombres y las mujeres somos iguales, está siendo amenazado
Más grave aún: hay quienes creen que la “ideología de género” y la “igualdad de género” son lo mismo. Bajo esa creencia, nuestros amigos congresistas se bajaron leyes que protegían a las mujeres de la violencia y están haciendo lo posible -e imposible- por eliminar los temas de género en los colegios.
Es decir, el segundo lugar más importante para enseñarle a la población que los hombres y las mujeres somos iguales, está siendo amenazado (el primero es, o debería ser, el hogar).
¿Qué es la “igualdad de género”?
Pero si la “igualdad de género” no es lo que dicen, entonces, ¿qué es? Es simplemente la igualdad de condiciones entre personas sin importar su género. Para que un país avance es importante que hayan recursos, se desarrolle la industria y se fomente el comercio, pero no hay nada más importante para su avance que su fuerza laboral.
Teniendo esto en cuenta, cuando no permitimos que todas las personas tengan las mismas oportunidades de desarrollar sus capacidades y su talento, nos ponemos cabe como país. Cuando a Juana se le niega el acceso a la educación por haber nacido “Juana” y no “Juan”, nos perdemos a una doctora, abogada o ingeniera que pudo ser un gran aporte para el desarrollo.
Si bien los países más desarrollados son los que más han avanzado en cerrar la brecha de género, no podemos usar el pretexto del tercer mundo para cruzarnos de brazos. Países como Ruanda, Uganda, Namibia y Nicaragua están delante de Perú en igualdad de género y, sin ir muy lejos, también lo están Bolivia, Colombia, Argentina y Ecuador.
La igualdad de género debe ser una prioridad y el colegio es el lugar por donde debemos empezar.
Dentro de la ideología nazi, que desarticuló todos los movimientos feministas de la época, la mujer no debía trabajar, sino dedicarse a su marido y a tener hijos. Hay quienes creen, incluso, que uno de los motivos por los que Hitler perdió la guerra fue por su renuencia a sumar a las mujeres a la fuerza laboral (debilitada porque los hombres se encontraban en el frente de batalla). Fue recién en 1943 que se decretó el ingreso de mujeres a trabajos industriales y agrícolas, pero para ese entonces ya era demasiado tarde.
No perdamos la guerra contra el subdesarrollo por la tontería de no querer usar una palabra. La igualdad de género debe ser una prioridad y el colegio es el lugar por donde debemos empezar. Nuestras leyes actuales, que pretenden eliminar la palabra “género” a toda costa, perjudican a la comunidad LGTB, pero también a todas las mujeres.
Se ha demostrado, una y otra vez, que la homosexualidad no se enseña. Nadie le va a dar clases a tu hijo en el colegio para volverlo gay, pero sí se le debe enseñar a tratar a todos por igual, sin importar su género u opción sexual.
Fuentes:
Redactora de actualidad y política en Vitamina M. Psicóloga social con 7 años de experiencia en investigación de mercado.
Bueno el artículo, fácil de leer y entender salvo que creas que leer produce Alzheimer. En el cierre eso de “opción sexual” desmerece todo el esfuerzo. No es una “opción”, no se escoge o se cambia a voluntad.
Saludos
Totalmente de acuerdo. Un lapsus imperdonable. Gracias por leernos y por tu comentario 🙂