Querido Santa Claus: ¿qué deseo por Navidad?

Me serví una copa de vino y me senté al lado de la chimenea en esta fría y lluviosa tarde bogotana para escribirle una carta a Santa Claus. Son tantas las cosas quiero que me cuesta decidir… Sin embargo, me quedo con estas cinco:
1. Que la gente deje de asustarse con la palabra feminista
Me pasó de nuevo la semana pasada. Tuve un date y cuando llegó la cuenta, saqué mi tarjeta para pagar mi parte. Inmediatamente él me preguntó: “¿eres feminista?”. A lo que yo respondí: “¿por qué?” y sin pensarlo mucho me dijo -con cara asustada- que le parecía que hoy en día habían muchas mujeres feministas.
Me reí y le pregunté su opinión sobre el feminismo… ¿Su respuesta? Que le parecía bien siempre y cuando las mujeres no ataquemos a los hombres.
“Quisiera que mi primer regalo sea que todos conozcan el significado correcto de la palabra feminismo”.
Nuevamente me vi en la situación de tener que explicar la definición de feminismo, así que con toda paciencia le aclaré que ser feminista no consiste en creer que las mujeres somos superiores a los hombres ni mucho menos en agredirlos verbalmente. Es buscar, para nosotras, los mismos derechos y oportunidades que tienen ellos.
Así que, Santa Claus, quisiera que mi primer regalo sea que todos conozcan el significado correcto de la palabra feminismo: a través de diccionarios, páginas web, o conversaciones. ¡Como tú prefieras!
2. Que las calles sean más seguras
Mi segundo regalo es que ilumines las calles para que sean seguras en todo momento. Ilumínalas como en Navidad, con luces de colores en la mirada y en la mente de las personas. Nos gustaría poder caminar tranquilas: sin el temor de ser asaltadas, agredidas o insultadas con comentarios y frases groseras que infunden miedo y rabia.
“Las calles deben ser nuestras para caminarlas con paso imponente, llegando hasta donde queramos llegar con tranquilidad y seguridad”.
Queremos tener la posibilidad de llegar a casa sin estar volteando la mirada para asegurarnos de que nadie nos sigue, sabiendo que nadie se atreverá a tocarnos ni que intentará arrastrarnos a la fuerza. Las calles deben ser nuestras para caminarlas con paso imponente, llegando hasta donde queramos llegar con tranquilidad y seguridad.
3. Derecho a la educación e igualdad de oportunidades.
Deseo despertar el 25 de diciembre sabiendo que cada niña y joven mujer ha podido asistir al colegio o a la universidad, y que tiene la posibilidad de acceder a cualquier trabajo con igualdad de paga.
El otro día conversé con una señora y me comentó que dejó el colegio en tercero de primaria, ya que le pidieron una cuota extraordinaria para mejorar las instalaciones y sus padres, al tener bajos recursos, decidieron que las cuotas que pagarían serían para sus hermanos hombres. Le dijeron que, como era mujer, ella no necesitaba ese tipo de educación.
Tal vez puedas pasar a medianoche, con tu trineo, rociando un poco de polvo mágico navideño sobre el mundo para que todos comprendan que las niñas también sueñan con aprender.
4. Que se acabe la violencia de género
Sería cool comenzar el 2018 con la buena nueva de que vivimos en un mundo pacífico, en el cual todos somos respetados por igual. Un mundo en el que no exista más violencia doméstica, matrimonio obligatorio (con niñas y adultas), o celos que llevan a golpes y jalones.
Me encantaría que en cada hogar, lugar de trabajo y lugar público, los brazos y la fuerza de las personas solo sirvan para abrazar, estrecharse las manos y para construir.
5. Ropa para el cuerpo perfecto
Mi último regalo es que existan tiendas con tallas para todo tipo de cuerpos. Que las y los vendedores no te reciban con un: “no sé si tenemos tu talla” y que al mirar las etiquetas encontremos una prenda ideal para nuestro cuerpo.
Queremos mirarnos al espejo y ver reflejados nuestra personalidad, talentos y habilidades: que nos vean guapas por dentro y por fuera, que el cuerpo perfecto sea el que cada una lleva y no el que una industria impone.
¡Si fuera fácil! Aparentemente nosotros no tenemos los ingredientes necesarios para lograr esto, porque aún existen mujeres que no confían en ellas y en su potencial, porque hay industrias exigentes que distorsionan el ideal de belleza y porque vivimos en una sociedad machista con estereotipos muy instaurados.
Felizmente, tú sí tienes los ingredientes mágicos para hacerlo posible. Así que, por favor, leae con detenimiento esta carta, ¡aunque la escriba un poco tarde creo todavía estamos a tiempo!