Créeme, no quieres tener sangre alcalina

La dieta alcalina está basada en la creencia pseudocientífica que dicta que los alimentos tienen la capacidad de modificar el pH de los fluidos corporales, como la sangre, y que por eso pueden ser usadas para tratar o prevenir enfermedades.
Esta dieta es una de la que se suele hablar mucho, y está de moda en la actualidad, pero la realidad es que no es lo buena que muchos creen. La escala del pH va del 0 a 14, donde 0 es muy ácido, 7 es neutro o básico y 14 es muy básico o alcalino.
Las dietas alcalinas y la idea de mantener un cuerpo alcalino no tienen ningún sentido, ya que cada parte del cuerpo tiene un pH distinto y este responde a diferentes necesidades.
Por ejemplo, la sangre tiene un pH de entre 7.35 y 7.45, cualquier alteración fuera de dicho rango es causal de muerte. Nuestro estómago, con un pH de 3.5 y menos, es muy ácido y es necesario que sea así para digerir las proteínas y deshacer los alimentos. Además, las bacterias que viven en nuestro estómago y sistema digestivo necesitan este ambiente específico para poder sobrevivir. El pH de la orina tiene una variación más amplia, ya que actúa como buffer: con un análisis de orina no se puede determinar el pH del cuerpo.
Los buffers o tampones son un sistema de regulación que tiene el cuerpo para evitar cualquier cambio en el pH y mantenerlo siempre en el rango adecuado. Todos los líquidos fisiológicos tienen buffers, uno de los más importantes es el de ácido carbónico y bicarbonato; estos 2 componentes actúan en las células manteniendo siempre un equilibrio, el cual permite que la actividad biológica de las proteínas, hormonas, enzimas y bombas de iones sea óptima.
“Muchas personas necesitan sentir que están en un régimen especial e inquebrantable para ordenar su alimentación, seguirlo al pie de la letra y ver resultados.”
Las principales causas de una acidosis en la sangre se dan por insuficiencia renal, cetoacidosis diabética, acidosis láctica (que no tiene nada que ver con leche, sino con ácido láctico) y la ingesta de sustancias tóxicas. Y las principales causas de alcalosis son el uso de diuréticos, la perdida de ácido por exceso de vómitos y la aspiración del contenido del estómago.
Lo que definitivamente no altera nuestro pH son las verduras, los extractos verdes, la carne, el huevo y la leche. Ningún alimento tiene la capacidad de alterar nuestro pH, solo las situaciones “extremas” y graves lo alteran bruscamente y pueden causar la muerte.
Por otro lado, un producto que no beneficia nuestra salud es el agua alcalina. Para empezar nuestro estómago necesita un ambiente ácido, darle agua alcalina solo altera el ambiente del estómago dificultando la digestión de alimentos y la absorción de ciertas vitaminas como la B12.
Reducir el consumo de azúcar, alimentos industrializados, grasas hidrogenadas y controlar el consumo de carnes rojas, además de incluir una amplia variedad de verduras en nuestra alimentación es beneficioso, pero no por el efecto que tienen estos insumos en el pH.
Muchas personas necesitan sentir que están en un régimen especial e inquebrantable para ordenar su alimentación, seguirlo al pie de la letra y ver resultados. Pero no es necesario someterse a algo extremo para sentirse bien, solo basta con alimentarse bien la mayoría de los días y seguir un estilo de vida saludable.