“Crazy Ex-Girlfriend”: una serie que encara la salud mental

Cuando encontré “Crazy Ex-Girlfriend” en el catálogo de Netflix, realmente tenía la intención de ver una comedia romántica, una de esas series ligeras que quieres acompañar con una copa de vino el viernes. Fue grande mi sorpresa: si bien la serie es extremadamente cómica, también aborda la salud mental, las relaciones tóxicas, y hasta la sexualidad como pocas producciones lo han hecho.
En 2016, cuando la actriz estadounidense Rachel Bloom recibió un Globo de Oro por su interpretación en “Crazy Ex-Girlfriend”, su discurso de agradecimiento dejó a todos los asistentes perplejos: “Estuvimos cerca de no tener un show. Hicimos una prueba piloto para otra cadena y la rechazaron. La enviamos a todas las demás cadenas de Hollywood y obtuvimos seis rechazos en un día. Nos sentíamos como una mierda, pero sabíamos que era buena”, expresó sin contener su emoción.
Al final (y para felicidad de los fanáticos de la serie) la cadena CW apostó por el proyecto, que finalizó este 2019 con una cuarta temporada. Y es que “Crazy Ex-Girlfriend” no es un show tradicional. Aquí los protagonistas bailan y cantan en casi todos los episodios (incluso, varios de ellos han participado en Broadway).
Además, la serie aborda con ingenio varios temas tabúes a través de canciones. Algunas de mis favoritas son “Gettin’ Bi” -en honor a la bisexualidad de uno de los protagonistas-, “Period Sex” -que desmitifica la idea de que es incómodo tener relaciones sexuales durante el periodo menstrual- y “Anti-Depressants Are So Not A Big Deal” -el hit que, definitivamente, debes empezar a escuchar si te recetan antidepresivos-.
Ella es Rebecca
La historia de “Crazy Ex-Girlfriend” se sitúa en West Covina, Los Ángeles. Hasta aquí llega Rebecca Nora Bunch, una abogada que renuncia a una exitosa firma de abogados en Nueva York para mudarse a la ciudad en la que vive su ex. ¿El gran problema? En su mente, Rebecca añora la posibilidad de regresar con Josh, un chico con el que tuvo una breve relación cuando ella aún era una adolescente.
A lo largo de cuatro temporadas, el espectador sigue el crecimiento emocional de Rebecca, que inicia con su mudanza y sus desesperados intentos por conquistar a Josh, y que finaliza con un diagnóstico que cambia su vida por completo: Rebecca es borderline y esa la razón por la cual le ha sido tan difícil equilibrar sus emociones y relacionarse sanamente con los demás. La ansiedad, la depresión, y los trastornos obsesivo-compulsivos siempre fueron problemas con los que tuvo que lidiar sin darse cuenta.
“La protagonista, Rebecca Bunch, no es una víctima o un villano. Ella es compleja. Ella es normal. Como todas las personas con problemas de salud mental”, explica la escritora Claire Gillespie en un artículo de Self. Y es que, a diferencia de otras series en las que los antagonistas y villanos suelen ser personajes con enfermedades mentales, en “Crazy Ex-Girfrliend” no existen los “malos de película”, sino personas de carne y hueso tratando de ser mejores cada día.
Nadie está hablando de Crazy-Ex Girlfriend
Al final, uno deja de preguntarse a quién elegirá Rebecca como su pareja y empieza a cuestionarse qué terapia psicológica es la que realmente la ayudará (todo esto con el ingenioso humor de Rachel Bloom y la guionista Aline Brosh McKenna, ambas creadoras de la serie).
En tiempos en los que Netflix causa furor masivo en los millennials y la cantidad de personas con problemas mentales se encuentra en ascenso[1], urge cuestionarse por qué no se está hablando de “Crazy-Ex Girlfriend” como sí se habla de series como “13 Reasons Why” [fuertemente criticada por representar una versión romántica del suicidio].
Yendo aún más lejos, el Colegio de Psiquiatras de Irlanda expresó que esta serie podría ser una de las que mejor ha representado los problemas de salud mental en la televisión. Si estás cansado de ver series cliché o más estereotipos de la depresión, debes engancharte a la historia de Rebecca mientras aún esté en el catálogo de Netflix. Eso sí: si los musicales no son lo tuyo, mejor piénsalo dos veces…
[1] Un artículo de The Guardian publicado en 2018 afirma que, si bien cada vez hay más tratamientos para tratar la ansiedad y depresión, estas enfermedades mentales están en ascenso.
Las primeras temporadas me parecieron super divertidas, pero la última… Ya se convirtió en más drama que comedia y dio un giro, que admito, llegó a hastiarme…
Sí, te entiendo completamente. La última temporada puede ser un poco dura para las personas que realmente estaban buscando una serie de comedia.